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Ginebra, 10 de septiembre.- El Gran Colisionador de Hadrones (LHC, por sus siglas en inglés Large Hadron Collider), recibió hoy su primera inyección de partículas subatómicas, en el inicio del que ya es considerado como el experimento científico del siglo.
La operación de la máquina más potente construida por el hombre se inició a las 09:06 horas locales (07:06 GMT) ante miles de ojos expectantes.
El director general de la Organización Europea de Investigación Nuclear (CERN), Robert Aymar, declaró a la prensa que este experimento “cambiará nuestra visión del mundo y su creación”.
Instalado en un túnel circular subterráneo de 27 kilómetros en la frontera suizo-francesa cerca de Ginebra, el mayor acelerador de partículas del mundo perseguirá un enorme reto: simular las condiciones que existían inmediatamente después del “Big Bang”, la gran explosión que teóricamente dio origen a la expansión del universo.
El objetivo, según el CERN (institución responsable del proyecto) es de dar respuesta a los grandes enigmas acerca de la formación y composición del cosmos.
Esta mañana más de una persona contuvo la respiración cuando se envió a través del túnel el primer haz de millones de protones.
En ese momento se supo por fin que los 14 años de trabajo empleados en la construcción de esta “maravilla tecnológica” y los seis mil millones de euros (ocho mil 497 millones de dólares) invertidos por 80 países han servido para que, al menos, la colosal máquina funcione.
Sin embargo, indicó el CERN, los resultados tardarán aún en llegar. Los primeros protones comenzarán a circular hoy, pero las primeras colisiones, que serán las que permitan obtener datos, se producirán hacia finales de este año o principios de 2009.
El LHC acelerará protones en direcciones opuestas hasta alcanzar 99.9 por ciento de la velocidad de la luz y los hará chocar a una energía 10 veces superior a la alcanzada por el actual acelerador de partículas más potente, el Tevatron, en Chicago.
Esto permitirá recrear una y otra vez las condiciones que teóricamente existían cuando el universo nació hace 13 mil 700 millones de años, a fin de intentar entender por qué la expansión del universo está acelerándose en lugar de perdiendo ímpetu, como debería ocurrir.
A lo largo del circuito, explica un comunicado del CERN, el LHC cuenta con cuatro detectores de partículas —Atlas, Alice, LHC-b y CMS— que actuarán como microscopios subatómicos que observarán las colisiones frontales entre los protones.
¿De qué está formada la materia oscura? ¿por qué no existe la antimateria? ¿hay otras dimensiones y universos paralelos? Estas son algunas de las preguntas a las que tratará de responder el LHC.
El director del CERN ante comentarios recibidos de la opinión pública y algunos científicos en el sentido de que se pudieran producir en el proceso, de acuerdo con la teoría de la relatividad de Einstein, miniagujeros negros que pondrían en peligro al planeta, explicó en entrevista con la Tribune de Genéve, que no hay nada que temer.
Para tranquilizar al personal y a los habitantes de Ginebra, el CERN publicó en agosto un informe que concluía que “no existe riesgo alguno”.
El documento explica que “durante los pasados miles de millones de años la naturaleza ya ha generado en la Tierra colisiones equivalentes a un millón de experimentos como los del LHC, y nuestro planeta aún existe”.
Aymar comentó al diario suizo que “el LHC no tiene en absoluto ninguna posibilidad de destruir nada más grande que unos cuantos protones”.
“Los miniagujeros se evaporarían muy pronto e incluso, si no ocurre así, serían tan pequeños que sería imposible que la materia se acercara tanto a ellos como para poder ser aspirada”, agregó.
El comunicado del CERN destaca que otro propósito del proyecto será la captura, por primera vez, del Bosón de Higgs, la conocida como “Partícula de Dios”, cuya observación confirmaría el modelo estándar que explica el funcionamiento y la naturaleza del universo.
Así, el LHC contribuiría al descubrimiento de una nueva familia de partículas, un hecho que los físicos confían servirá para entender la enigmática materia oscura o incluso por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre sí.
En otras declaraciones a la prensa suiza, Bloomberg David Evans, científico que ayudó a construir parte del equipo electrónico de la máquina aseguró: “De una u otra manera, hay 100 por ciento de posibilidades de que encontremos algo nuevo para el avance de la física”.
De acuerdo con el CERN una de las tareas más complicadas será la gestión de la enorme cantidad de datos que se irán almacenando debido a las 600 millones de colisiones que se producirán cada segundo.
En un año, los cuatro detectores del acelerador habrán generado suficiente información para atestar de datos una columna de discos compactos de 19 kilómetros de altura.
De hecho, únicamente los cables utilizados en el túnel, a un centenar de metros bajo tierra, podrían cubrir cinco veces la distancia entre la Tierra y el Sol.
Científicos de todo el mundo y aficionados a la física pueden seguir el inicio del experimento en directo a través de Internet desde la página del CERN (lhc-first-beam.web.cern.ch), el Servicio de Información y Noticias Científicas (plataformasinc.es) o el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (csic.es).